El fanático como fanático al fin, tiene todo el derecho a quejarse cuando su Selección Nacional no juega bien. Los
hinchas, para descargar frustraciones deportivas, recurren a los periodistas
por medio de las redes sociales, principalmente en twitter, porque es la
supuesta ventana para debatir las fallas y virtudes del equipo junto a su
entrenador. -Sabemos que hay seguidores y fanáticos que se dirigen de forma irrespetuosa y violenta, pero en éste escrito me refiero única y exclusivamente, al que solo busca debatir y compartir ideas- lo malo es cuando –en el caso venezolano- como fanático o simple seguidor fútbolero, solo te encuentras mayoritariamente a un grupo de comunicadores adeptos, que aplauden como corderos felices, todo movimiento del actual técnico nacional, los periodistas por fin se ven apoyados por un seleccionador "pana" porque en el ciclo anterior, siempre se sintieron relegados e intimidados de cuestionar los planteamientos de Cesar Farías, el cual, solo le concedía entrevistas y cordialidades a sus comunicadores de su preferencia.
El periodista en cualquier campo, debe ser siempre crítico, no complaciente, debe analizar, debatir y no refugiarse en el twitter como una víctima, cuando los cientos de fanáticos le increpan a que se dedique hacer su trabajo con objetividad y profesionalismo, ya que al fin y al cabo, el fútbol es un juego donde cualquier persona que le entregue cierto tiempo de estudio y aplique bien la lógica puede debatirlo con total validez y argumento, sin necesidad de graduarse de comunicador, ya que el conocimiento de este deporte no te lo da un título de periodista, si no, mucho fútbol y el buen criterio con que lo estudies; recordando que en un mundo tan globalizado, por medio de la tecnología, y la gran variedad de medios de comunicación, cualquier persona tiene facilidad de información.
El periodista en cualquier campo, debe ser siempre crítico, no complaciente, debe analizar, debatir y no refugiarse en el twitter como una víctima, cuando los cientos de fanáticos le increpan a que se dedique hacer su trabajo con objetividad y profesionalismo, ya que al fin y al cabo, el fútbol es un juego donde cualquier persona que le entregue cierto tiempo de estudio y aplique bien la lógica puede debatirlo con total validez y argumento, sin necesidad de graduarse de comunicador, ya que el conocimiento de este deporte no te lo da un título de periodista, si no, mucho fútbol y el buen criterio con que lo estudies; recordando que en un mundo tan globalizado, por medio de la tecnología, y la gran variedad de medios de comunicación, cualquier persona tiene facilidad de información.