Ante todo, hay que resaltar un detalle básico
pero fundamental, el retorno de la armonía al grupo; el ameno ambiente que se respira, con el nuevo cuerpo técnico. A
diferencia del saliente. Con Noel el principal factor X negativo de la
selección, por uno u otro motivo, fue la amarga atmósfera que se vivió en
camerino. Como bien lo manifiesta Alejando Guerra: “Hay que contagiarse de esa alegría con la que él -Dudamel- trabaja con
todo su cuerpo técnico”. Dudamel, rápidamente supera la primera alcabala
que era, recuperar el espíritu y la confianza de sus jugadores, de creer en sus
capacidades y que con trabajo se pueden logran las cosas, de volver a ser
competidores.
Venezuela fue de menos a más, con un inicio
timorato hasta que se fue asentando con el correr de los minutos. Clave de ello
fue el factor colectivo, que obviamente necesita que sus piezas individuales
estén engranadas para que juntos formen un todo; uno de sus principales protagonistas
es el indiscutible Arquímedes Figuera.
Tras la partida de Lucena, al fin Rincón
consiguió el socio ideal que le acompañe en la primera línea de volantes;
sólido y zagas al corte, se anticipa a la jugada del rival, domina la posición
a placer; dándole así la libertad y confianza a Tomás para proyectarse al
ataque. Con Tomás y Arquímedes, Venezuela gano en control, espacios, quite y
posesión de la pelota. Juntos significan garantía.
En la misma onda, con el retorno de Rolf a la selección, se está
solucionando un gran dolor de cabeza que había en el lateral izquierdo. Su
actuación, fue más que positiva. Salvo par de desaciertos de marca en el juego
aéreo; defensivamente, Feltscher brindo solidez, nunca fue superado en el uno
contra uno, creció con el partido, y si bien en sus proyecciones no posee la
fluidez y desenvoltura ofensiva de un “Zurdo” Rojas, se le vio seguro en las
salidas controladas, supo asociarse con los volantes e hizo correctos pases de cambio
de bandas que oxigenaban las ideas, cuando por su costado el rival cerraba sus
líneas; no me quedan dudas que es el nuevo dueño de la posición. Y ni hablar de
Rosales quien tuvo una participación
impecable tanto en defensa como en verticalidad.
Con respectos a los centrales, Vizcarrondo volvió a verse muy lento, y
sufrió con la velocidad de los volantes jamaiquinos; la colectividad defensiva
de sus compañeros, le ayudo a verse mejor de lo que en verdad estuvo las veces
que fue exigido. Considero que Vizca, debe dar un paso al costado, su
titularidad produce más dudas que
garantías. A diferencia de éste, Wilker
Ángel viene en ascenso, está creciendo y consolidándose, se aprecia más
consistencia; está corrigiendo rápidamente de sus propios errores.
De lo positivo, la
renta y el sufrimiento. Venezuela en el primer tiempo tras dominar sus propios desórdenes
defensivos, se fue afianzando, ganando en volumen de juego, se desplazaba en
bloque, circulando el balón en la búsqueda de espacios, disfruto del juego
asociado. La jugada del gol, surge con un Rolf anticipando que corta un pase y
asiste de primera, creando una hermosa jugada de 4 toques rápidos consecutivos con
Seijas, Salomón y Guerra que finaliza en los pies de Josef.
Ahora bien, si en la primera parte a Jamaica se
le contuvo por la sociedad de los volantes venezolanos, también es cierto que en inicio del segundo tiempo, teniendo un
jugador más en cancha, Venezuela sufrió sin necesidad; la lectura de como iba partido pedía cambios urgentes, donde Seijas y Guerra, ya no generaban, se quedaban sin ideas y solo se dedicaban
a devolver de primera el balón. Con una evidente lentitud de estos, la
selección se fue desvaneciendo en su juego por su falta de movilidad y los
cambios entraron excesivamente tarde, que antes rivales de mayor nivel, nos
costaría muy caro.
Con la entrada de
Otero, demostró que
es titular indiscutible y motor de juego, en un minuto saco dos faltas. Su
chispa es única en el grupo, debe ser abridor de aquí en adelante. Su cambio debió ser primero que Peñaranda, de quien en los pocos minutos que estuvo, cuando la presión del rival
exigía, el del Granada tuvo la tenencia de balón cuando se necesitó. Importante resaltar el retorno de Dani Hernández, quien impone seguridad, y siempre dirige a sus centrales dándoles más confianza a estos, de lejos el mejor portero venezolano.
La victoria no puede cegar los errores
cometidos, siendo un proceso que apenas comienza, pero se están viendo
rápidamente las pinceladas de lo que el Dt. busca y quiere en el engramado. Hay
detalles a corregir como el juego aéreo defensivo, la marca en jugadas de pelota
quieta. A su vez, está el retorno de confianza, el manejo del balón en campo
rival y el toque rápido. Hay piezas individuales, existe profundidad en la
banca, pero que deben ser correctamente administradas sin forzar al tiempo y la
circunstancia requerida. Lo positivo de todo es que se está esbozando una idea
y el retorno de la competitividad.
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